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La Catedral

La Catedral (4)

La Catedral de Santa Eulalia, conocida popularmente como La Seu, es la sede del arzobispado de Barcelona y representa uno de los monumentos más significativos de la arquitectura gótica catalana.

Culto e historia se unen. Aquí, en el punto más elevado de la antigua colonia romana, el pequeño Mons Taber. La ciudad ha tenido tres basílicas a lo largo de los siglos, desde la basílica paleocristiana del siglo 4 y cuyos restos pueden visitarse en el subsuelo de la catedral. En los siglos 5 y 6 la ciudad ya tenía un conjunto episcopal monumentalizado. En el año 985 fue destruido por Al-Mansur. 

Estando el templo en estado ruinoso, el conde de Barcelona Ramón Berenguer I inició en 1045, la reconstrucción de una nueva basílica románica que fue consagrada en el año1058. 

Pero poco conocemos de este edificio y del que le antecedió y de su decoración, aparte de algunos elementos escultóricos conservados en museos o que fueron reutilizados en edificios adyacentes y en la nueva catedral de estilo gótico que sustituyó a la románica.

Fué durante el reinado de Jaime II, cuando se empezó a proyectar la obra que puedes contemplar ahora. Las obras de la actual catedral gótica, se iniciaron el 1 de mayo de 1298 y fueron prácticamente acabadas a mediados del siglo 15.

Tiene como titulares la Santa Cruz y Santa Eulalia. Ya en la época visigoda, se la denomina sanctae crucis. Por este motivo, el cimborrio viene coronado con la imagen de Santa Helena, madre de Constantino, que halló -según la tradición- la Cruz Verdadera, en Jerusalen.

Más tarde, se le añadió el de Santa Eulalia. A principios del siglo 4 el emperador Diocleciano decretó la persecución sin tregua de los cristianos. Santa Eulalia fue una joven virgen, martirizada por orden del gobernador Daciano al no querer renunciar a su fe cristiana. La condenó a sufrir trece torturas, como trece eran sus años. Se cuenta que fue expuesta desnuda en el foro de la ciudad y que milagrosamente, a mitad de primavera, cayó una nevada que cubrió su desnudez, por lo cual las enfurecidas autoridades romanas la metieron en un barril lleno de cristales rotos y clavos y la lanzaron cuesta abajo, que de acuerdo con la tradición, se trataría de la calle Baixada de Santa Eulalia, Cuesta de Santa Eulalia. Y finalmente, se dice que fue clavada en cruz en la Plaça de l’ Ángel de Barcelona.

Durante muchos años no se supo dónde se encontraban sus restos, pero en el siglo 9 fueron localizados en la capilla de Santa María del Mar, y trasladados a la Catedral en 1339.

Santa Eulalia fue la patrona de Barcelona hasta 1687, se dice que en ese año, la Virgen de la Mercè libró a la ciudad de una plaga de langostas y, en agradecimiento, el Consejo de la Ciudad decidió nombrarla nueva patrona de Barcelona. Las fiestas en su honor se celebran cada año el 24 de Septiembre, cuando Barcelona celebra su fiesta mayor, la mercé. Y muchas veces llueve justo esos días, y se dice que es Santa Eulalia llorando.

A lo largo de los siglos, este templo ha sufrido importantes modificaciones. Y varios han sido los arquitectos y maestros de obra que han participado en su construcción. La fachada principal es obra de los arquitectos Mestres  y Font a inicios del siglo 20, fue una obra muy discutida y criticada, y probablemente inspirada en los diseños originales del arquitecto francés Carlí de 1408.

Toda la catedral es un auténtico cofre repleto de tesoros: sus magníficas capillas, la sacristía, la cripta con el sarcófago de Santa Eulalia, el estupendo claustro... toda ella merece una detallada visita.

El cimborrio que tiene una altitud de 70 metros, las dos torres laterales y la fachada principal fueron terminadas en el año 1913.

El interior de la Catedral es grandioso y austero a la vez. Posee tres naves que representan uno de los ejemplos más puros del gótico catalán. Iluminadas por unas hermosas vidrieras del siglo 15. 

Las capillas laterales poseen importantes obras de arte. Por ejemplo, a un lado de la entrada principal se halla la Capella del Baptisteri, con las pilas bautismales de mármol, obra de 1443 de Onofre Julià. En las capillas que rodean la parte trasera del prebisterio se pueden admirar numerosos retablos de los siglos 14 y 15, que constituyen una altísima expresión del arte catalán. 

Entre las obras maestras destacamos el retablo de la Transfiguración, realizado por Bernat Martorell con su inconfundible estilo preciosista, repleto de detalles. En el centro del retablo aparece la figura de Jesús hablando a sus discípulos acompañado de Moisés y Elías. A cada uno de los lados hay dos tablas, referidas a la Transfiguración y a los milagros de los panes y los peces y de las bodas de Caná. 

El retablo de la Visitación del siglo 15, y el retablo del Arcángel Gabriel del siglo 14.

De la época gótica hay magníficos monumentos funerarios entre los que seleccionamos el sepulcro del obispo Ramon d’Escales, realizado por Antoni Canet en 1409, que representa la procesión funeraria del obispo. Y el sepulcro de santa Eulália obra  del escultor Lupo di Francesco del siglo 14. 

Se conserva además un conjunto muy representativo de la escultura polícroma catalana. Destacamos el retablo del Roser (del Rosario), tallado por Agustín Pujol hacia 1619, con magníficos relieves de la vida de Jesús y de María.  

Junto al altar mayor podrás ver los dos sepulcros de los fundadores de la catedral, el conde Ramón Berenguer I y su esposa Almodis.

A la derecha de la Capilla Mayor se encuentra la sacristía, donde se conserva el Tesoro de la Catedral, una preciosa colección de objetos de culto y de arte sacro.

En el centro de la nave principal destaca el recinto renacentista de el Coro que fue iniciado en el año 1380. Destacamos la sillería alta de madera, donde podrás apreciar cuarenta y ocho misericordias de temática profana, entre las cuales hay algunas muy curiosas como una en la que los protagonistas sostienen palos y parecen jugar a algo similar al hoquey,  la de la pareja en actitud amorosa, o  la escena en que una vieja atiza con una especie de escoba a su marido mientras una pareja joven los observa. 

Bajo la capilla mayor se encuentra la cripta que se accede mediante una ancha escalinata. Podrás ver esculpidos relieves de la Virgen y de Santa Eulalia. La cripta está presidida por el sepulcro en mármol blanco de Santa Eulalia. En el que podrás apreciar la imagen escultórica de la santa rodeada de dos ángeles y relieves en todas sus caras con historias referentes a la vida y martirios de la santa. El Papa Juan Pablo II rezó aquí en su visita en 1982.

El claustro, fue construido entre 1350 y 1448. Y se puede decir que es uno de los más bellos del mundo gótico. Tiene cuatro galerías con aberturas al espacio central.  

Por la parte interior, tres de las alas contienen capillas, cerradas con artísticas rejas. 

En la cuarta hallamos la capilla que contiene la talla de madera conocida como Cristo de Lepanto del siglo 16, que portaba Don Juan de Austria en la nave capitana de la flota de la Liga Santa durante la batalla de Lepanto del 7 de octubre de 1571. Se cuenta, que una bala de cañón llevaba dirección de impactar sobre él pero, con milagro extraordinario, se ladeó ligeramente esquivando el proyectil. Así quedó algo ladeada. Esta imagen es una de las de mayor devoción del templo.

Por la misma galería se accede al Museo de la Catedral, de entre las obras de arte que conserva, destacamos la famosa Piedad de 1490, del genial pintor renacentista Bartolomé Bermejo. 

En el suelo del claustro podrás apreciar un gran número de losas sepulcrales muchas pertenecientes a gremios, si te fijas bien podrás adivinar sus escudos e insignias.

En una esquina del claustro encontrarás una fuente cubierta por un  templete , el Pavelló de Sant Jordi, cuya bóveda muestra decoraciones escultóricas de San Jorge, Patrón de Catalunya. 

La fuente es muy conocida porque todos los años, para la fiesta de Corpus Christi, se repite el tradicional l'ou com balla, el huevo que baila, en la que un huevo se eleva por la fuerza del agua del surtidor y parece que baile. Esta es una tradición de origen incierto. En el ritual cristiano, el huevo que se rompe simboliza el sepulcro que se abre como testigo de Cristo resucitado.  Pero, según la cultura popular, si no se rompe es señal de buen augurio. Asimismo, representa la plenitud de primavera, el estallido de la fecundidad y la vida que renace.

En el claustro podrás ver sus peculiares habitantes, trece gansos blancos. 

Son un misterio ya que nadie sabe como es que llegaron a vivir aquí. Y han sido criados por más de 500 años. Se cuenta que Santa Eulalia tenía trece años cuando fue ejecutada y que tenía 13 gansos.

También muy querida es la capilla de Santa Llúcia de Santa Lucía,  situada en lo que queda de la antigua catedral románica del siglo 13. Consagrada a la virgen en 1268, su fachada posee una hermosa portada románica. Su interior es de arquitectura muy simple y sobria. Destacamos los sepulcros del fundador de la capilla, el obispo Arnau de Gurb del siglo 13, y del canónigo Francesc de Santa Coloma del siglo 14, la pila de agua bendita hecha de mármol del siglo 14 y la imagen de la santa que adorna el altar mayor. Protectora de la vista y patrona de modistas y costureras, el día 13 de diciembre recibe muchos devotos. Y en fechas navideñas, del 1 al 23 de diciembre, se celebra la tradicional Fira de Santa Llúcia: la plaza de la catedral y sus alrededores se llenan de puestos con abetos, decoración navideña, belenes... 

Una plaza en la que casi siempre hay actividades, sobre todo en el fin de semana, como músicos, bailarines, ferias de artesanía, antigüedades, y dónde popularmente se baila la típica sardana. Incluso funciona como escenario de conciertos, por ejemplo Lou Reed dió un concierto aquí.

No te pierdas las curiosas gárgolas que hay alrededor de la catedral, sobre todo las que hay en el Carrer del Bisbe, del Obispo. Y también muy cerca de aquí, en una de las esquinas de la plaza, está el colegio de Arquitectos, en cuya fachada podrás apreciar un friso de Picasso.

Estás en pleno barrio gótico, talleres de jóvenes artistas, moda de autor, estudios de diseño, restaurantes de moda, bares de tapas ... Situado entre Las Ramblas y Via Laietana, y entre Plaça Catalunya y el mar, el Barrio Gótico de Barcelona es el lugar ideal para perderse. Sus calles estrechas y empedradas y sus plazas esconden mil y un rincones llenos de historias.

 

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