Reconocidas galerías de arte, locales nocturnos de lo más trendy, adorables terrazas para tomarte un capuccino y tiendas, muchas tiendas. Y todo, con cierta reminiscencia de su antigua personalidad rural. El barrio de Chelsea de Nueva York, al igual que el de Londres, ha sido un imán para artistas, escritores, profesionales liberales y bohemios en general, quienes durante el siglo XX han sabido transformar su pasado obrero en un barrio deseado y envidiado que sabe estar a la última.
Hasta el siglo XIX, aquí no había mucho más que una hacienda familiar propiedad de Clement Clarke Moore, clérigo, profesor y escritor. Fue hacia 1830 cuando, para hacer frente al rápido crecimiento de la ciudad, Moore decidió dividir sus terrenos en parcelas con excepcional habilidad, ya que su planificación urbanística asentó las bases para la creación de tranquilas zonas residenciales. Hoy, Chelsea se extiende desde el río Hudson hasta la Sexta Avenida y de la calle 14 a la 34.
Por otro lado, la vía del ferrocarril que se había instalado en la 11ª Avenida en el siglo XVIII fue cerrada en 1930, por lo que por la zona podemos encontrar maravillosos restos de su pasado industrial que han sido restaurados, como grandes almacenes y antiguos edificios. Todos, situados alrededor de lo que fue la línea del ferrocarril: entre las Avenidas Octava y Décima y las calles 20 a 25. Es el Distrito Histórico de Chelsea.
Chelsea también es mundialmente conocida por la gran comunidad gay que alberga, que con las tiendas, gimnasios y restaurantes de la Octava Avenida ha sabido superar a la clásica Christopher Street de Greenwich Village.
Como puedes ver el barrio resulta de lo más interesante. No te pierdas conocer el célebre Hotel Chelsea en el 222 de la 23, donde se han alojado celebrities como Stanley Kubrick, Robert Mapplethorpe o Frida Kahlo, ni el Chelsea Art Museum, sede de la Fundación Miotte.
Además de pasear por sus innumerables galerías de arte al oeste de la Décima Avenida, te recomendamos conocer los diferentes mercados de Chelsea. Por un lado, si te gustan las antigüedades, no te pierdas el Antiques Garage situado en el 112 de la calle 2. Está lleno de reliquias. Por otro, visita el Flower District en la calle 28 entre la Sexta y la Séptima Avenida, un verdadero festival para la vista y el olfato. Y, de entre todos ellos, es de visita obligada el Chelsea Market del 75 de la Novena Avenida. Es la antigua fábrica de galletas Nabisco, que por cierto horneó su primera galleta Oreo en 1912, transformada en un maravilloso mercado para gourmets con especialidades del mundo entero.
Y, para acabar, un último consejo. Si hoy es sábado o domingo, estás de suerte. Porque en las esquinas de la Sexta Avenida con las calles 24 a 26 principalmente se forma uno de los mercadillos más grandes y visitados de Nueva York. Sin duda una buena oportunidad de llevarte una ganga o un recuerdo de la ciudad diferente y especial.
