El maravilloso edificio de ladrillos rojos, preciosas barandillas de hierro forjado y encantador tejado abuhardillado que hoy alberga el célebre Hotel Chelsea fue levantado en 1883 y fue el edificio más alto de Nueva York hasta 1899. Para aquel entonces estaba situado en lo que era el Theater District de la ciudad, es decir, el barrio de los teatros.
Originalmente, el edificio pertenecía a la Cooperativa Chelsea, pero a causa de las preocupaciones económicas y la huida de los teatros hacia Times Square, la cooperativa quebró y el edificio fue vendido para ser abierto como hotel en 1905.
Pero, por encima de todo, el Hotel Chelsea se ha hecho un hueco en la historia de la ciudad gracias a su innumerable lista de huéspedes y residentes famosos. Han sido tantos que podemos hasta citarlos por sus profesiones. Para empezar, escritores como Mark Twain, Arthur Miller, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Robert Oppenheimer. En cuanto a personalidades del mundo del cine, Stanley Kubrick, Ethan Hawke, Uma Thurman y Jane Fonda. Referente a los músicos, Keith Richards, Patti Smith, Dee Dee Ramone, Édith Piaf, Bob Dylan, Jimi Hendrix y Sid Vicious. Y artistas, Christo, Robert Mapplethorpe, Frida Kahlo, Diego Rivera, Jasper Johns, Willem de Kooning y Henri Cartier-Bresson.
Para citar otros datos significativos, podemos contarte que mientras Arthur C. Clarke vivía en el Hotel Chelsea escribió el guión de “2001: odisea del espacio”; que en 1966 Andy Warhol grabó a Brigid Polk para una película que tituló “The Chelsea Girls”; e incluso ha servido de plató para distintas películas como “La intérprete” de Sydney Pollack de 2005, con Nicole Kidman y Sean Penn, entre otras.
Evidentemente, con tanto famoso tampoco podían faltar las historias oscuras, porque aquí murió apuñalada Nancy Spungen en 1978, al parecer a manos de su novio el músico Sid Vicious, aunque nunca ha estado claro. Otros apuntan que fue un ajuste de cuentas de traficantes de drogas, a las que Nancy estaba enganchada.
Como puedes ver la lista de famosos y de anécdotas es casi infinita. Así que no puedes perderte, como mínimo, entrar a su vestíbulo, pues está abierto al público, y admirar las obras de arte que en él se exponen, muchas de las cuales fueron entregadas por sus inquilinos como forma de pago. Y, si tienes más tiempo, en el sótano se halla El Serena, un bar restaurante por el que han pasado, y pasan, muchas celebrities y bohemios para tomarse una copa en un ambiente encantador.
