Henry Clay Frick fue un industrial nacido en Pensilvania en 1849 que amasó su fortuna produciendo coque un derivado del carbón, un ingrediente importante para la fabricación del acero. Entre sus grandes clientes estaba, por supuesto, la empresa del célebre escocés Andrew Carnegie, quien con los años llegó a crear la U.S.Steel. Con tanto trabajo y tanta suerte, a la temprana edad de 30 años, Henry Clay Frick ya era un gran millonario y su empresa estaba entre las primeras del mundo.
Pero, por encima de todo, este magnate ha pasado a la historia por sus últimos 20 años de vida, cuando comenzó a coleccionar obras de arte para su mansión de Nueva York en su afamada Colección Frick. De hecho, esta colección presenta obras de arte universalmente conocidas en un marco burgués sin igual, la que fuera la mansión de este gran hombre de negocios. Una verdadera joya.
La antigua residencia de Henry Clay Frick evoca el estilo de los hoteles parisinos de finales del siglo XVIII. Y es que esta mansión fue construida por el propio Thomas Hastings, más conocido por ser el autor de la New York Public Library, junto al Bryant Park, en Midtown East. Además de su majestuosa entrada, queremos que prestes atención a la escalera de honor. Verás como el exquisito gusto del arquitecto y los decoradores Sir Charles Allom y Elsie de Wolfe consigue jugar con la luz natural sobre un Renoir y levar y ensalzar el mayor órgano jamás construido para una vivienda de Manhattan. Asimismo, no pierdas detalle del Salón principal donde elementos franceses, ingleses, italianos, japoneses y chinos se combinan con maestría.
Entre las obras de esta impresionante colección destacan artistas importantísimos como Bruegel, Bellini, Constable, Turner, Goya, Van Dyck, Tiziano, Ingres, Monet y Rembrandt, entre otros.
Admira la obra del cinquecento veneciano “San Francisco en el desierto” de Giovanni Bellini de 1480, que representa a San Francisco de Asís recibiendo los estigmas de Cristo. Destacamos también el conocido “Autorretrato” de Rembrandt de 1658, donde el artista se pinta como un personaje oriental. También en las salas de esta mansión encontrarás 3 de las 35 obras de Vermeer, de entre ellas “Oficial y muchacha sonriendo” de 1660 probablemente sea la más destacada. Otra obra interesantísima aquí expuesta es “Corrida de toros” de Éduard Manet de 1864, época en la que el autor estaba fascinado por España y por la tauromaquia.
Además, la colección expone mobiliario europeo, como una cómoda que perteneció a María Antonieta, y esculturas, como la bella terracota de tamaño natural “Diana Cazadora” de Jean Antoine Houdon de 1695, y demás obras de arte decorativo.
Como podrás comprobar, la Colección Frick es una de las más importantes colecciones privadas de la época. Como se dice popularmente, es un pequeño gran museo. Disfruta de sus obras sin prisa en este marco sin igual y, al ser posible, tómate un descanso del ritmo neoyorquino en el atrio ajardinado. Te encantará.
