En mayo del 2006 se inauguró el primer edificio del New World Trade Center: la Torre 7. un rascacielos de acero y cristal de cerca de 230 metros, algo menos que su predecesor, que cuenta con 52 plantas y la friolera de 29 ascensores ultrarápidos. Presume de ser el primer rascacielos ecológico de la ciudad y de haber establecido nuevos estándares en seguridad y tecnología. Por un lado, está reforzado y preparado ante posibles incendios. Por otro, tiene en cuenta el medio ambiente al reutilitzar agua de lluvia, aprovechar al máximo la luz del sol y otros detalles más. Y por ello recibió una certificación LEED Oro al ser el primer edificio de oficinas verde de Nueva York.
El resto del complejo está formado por 4 rascacielos más entre los que destaca, en su extremo noroeste, el One World Trade Center, que en un principio se bautizó con el nombre de Freedom Tower o Torre de la Libertad. Sin embargo, se optó por el nombre actual, puesto que este era también el nombre oficial de la Torre Norte, arrasada en los atentados del 11S. Este edificio tiene una altura de 541 metros (contando la antena), o lo que es lo mismo, 1.776 pies en honor al año en que se declaró la independencia de los Estados Unidos. Aunque originariamente se planeó que fuera el edificio más alto del mundo, este título ya se lo arrebató el Burj Khalifa de Dubai, que en 2009 ya rebasó su altura.
Un año antes de la inauguración del One World Trade Center, el 13 de noviembre de 2013, se inauguró otro de los edificios que forman el complejo financiero del nuevo World Trade Center: se trataba del 4 World Trade Center. Este rascacielos, de 298 metros de altura y 72 pisos, es obra del despacho de arquitectos Maki and Associates y es una muestra más de la modernidad que caracteriza a los edificios del World Trade Center.
Si te fijas bien, verás que el nuevo complejo financiero todavía no está terminado, ya que faltan por acabar los 2 últimos edificios que completaran la fisonomía del New World Trade Center. Se trata del 3 World Trade Center, un rascacielos de 80 plantas y 329 metros, cuya inauguración se prevé para principios de 2018; y del 2 World Trade Center, que cuando se termine, con sus 387 metros, será el segundo rascacielos más alto del World Trade Center por detrás del One World Trade Center. Esta última torre integrará en su diseño el estilo característico de los dos barrios entre los que se ubica: por un lado, el distrito financiero con sus característicos rascacielos y, por otro lado, TriBeCa, con sus lofts y azoteas ajardinadas. El diseño de este edificio se prevé una mezcla de ambos estilos arquitectónicos, combinando distintas alturas (hasta el punto de crear 7 volúmenes distintos) y se podrán ver elementos más modernos con otros más clásicos. Un rascacielos único que visto desde el 9/11 Memorial tendrá la apariencia de una torre esbelta y alta, muy parecida a las torres vecinas, mientras que, al cambiar de perspectiva y situarnos en TriBeCa, lo que verás será una fachada escalonada con jardines urbanos en cada uno de los “peldaños”.
Asimismo, en el 2011 ya se inauguraron la Memorial Plaza y el 9/11 Memorial, la plaza con más de 400 robles y el monumento conmemorativo dedicado a las casi 3.000 víctimas del 11S.
El nuevo World Trade Center cuenta además con una nueva estación de metro diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava, que se abrió al público parcialmente a primeros de marzo de 2016.
Está previsto que las obras del nuevo World Trade Center acaben definitivamente durante el 2018, una fecha que ya de por sí es bastante posterior a la inicialmente prevista. Si bien se pensaba dar por finalizada la reconstrucción del nuevo World Trade Center en 2013, el proyecto ha sufrido múltiples retrasos y problemas financieros que han dificultado cumplir con los plazos estimados. Muchos dudan incluso de que se cumpla este último plazo. El tiempo lo dirá. Mientras, la ciudad de nueva York espera poder pasar página pronto y cerrar definitivamente uno de los capítulos más trágicos de su historia.
