La Archibasílica de San Juan de Letrán o San Giovanni in Laterano es la Catedral de la capital italiana, donde se encuentra la sede episcopal del Obispo de Roma: el Papa.
La basílica nace en el siglo III en las propiedades de los Lateranos, noble familia italiana despojada de sus tierras por el emperador Constantino, quien decidió edificar en ellas la primera basílica romana.
San Juan de Letrán ha sufrido a lo largo de su historia varias reconstrucciones e incluso un par de incendios. La última de las remodelaciones corrió a cargo de Borromini, en el año 1646.
La fachada de la iglesia es de mármol travertino y fue diseñada por Alessandro Galilei. Verás que destaca por las 15 esculturas gigantes que hay en ella. Las tres figuras centrales son las de Jesús flanqueado por san Juan Bautista y san Juan Evangelista. Las puertas de bronce centrales procedían de la Curia del Foro Romano, y la puerta del extremo derecho sólo se abre cada Año Santo.
Una vez te adentres en la basílica, presta especial atención a los 12 nichos que creó Borromini para la nave central, así como a los relicarios de plata en forma de busto que contienen las cabezas de san Pedro y san Pablo, fundadores de la Iglesia romana.
Tras esto, dedica un tiempo a visitar el claustro, creado por Pietro Vassalletto entre 1215 y 1223. Sus muros están decorados con monumentos de la basílica original, entre los que destaca uno de los tronos papales más antiguos que se conocen.
Si te diriges a la Plaza de San Giovanni in Laterano, verás que, además del impresionante obelisco, allí hallarás otras dos visitas indispensables: el Baptisterio y el Palacio Laterano.
El Baptisterio, aunque muy restaurado, data de la época de Constantino, y fue en el año 432 dC cuando se le dio su característica forma octogonal, que ha servido de inspiración para baptisterios de todo el mundo. También has de saber que, en los primeros tiempos del cristianismo, la única persona que podía bautizar era el Papa, y lo hacía precisamente en este lugar.
En cuanto al Palacio Laterano, éste resultó casi destruido en el incendio del año 1308, así que el papa Sixto V encargó unos años más tarde a Fontana que lo restaurara. Fontana recuperó la Sancta Sanctorum, la capilla privada de los primeros papas, que llegó a acumular una gran cantidad de reliquias, motivo por el que se la conocía como el lugar más sagrado de la Tierra.
También cerca de la basílica está el edificio que alberga la Escala Santa, una escalera cuyos peldaños, traídos de Tierra Santa, se dice que son los mismos que subió Cristo en el palacio de Poncio Pilato. Incluso en la actualidad, muchos devotos continúan con la tradición de subir arrodillados sus 28 escalones.
