Cuenta la leyenda que en el año 356, el papa Liberio tuvo un sueño en el cual la Virgen le ordenaba que construyera una iglesia allí donde encontrara nieve. Esta petición no dejaba de ser algo inusual, ya que apenas nieva en Roma, y mucho menos en verano. Sin embargo, una calurosa mañana de un 5 de agosto cayó nieve en la Colina de Esquilino, y el Papa mandó construir en ese mismo lugar la que se convertiría en una de las cuatro basílicas más importantes de Roma.
Esta famosa leyenda ha llevado a que cada mes de agosto se celebre una ceremonia conmemorando el milagro de la nieve. Así que si tienes la oportunidad, acércate por allí para ver cómo caen del techo de la capilla miles de pétalos blancos que simbolizan esa nevada.
Por otro lado, decir que la iglesia actual es una versión tardía de la original construida a principios del siglo V por el papa Sixto III.
Lo más famoso de Santa Maria Maggiore son sus mosaicos. En el que hay en el ábside, firmado por Jacopo Torriti, se puede ver una representación de María como una princesa bizantina que está siendo coronada por Jesús. Por su parte, en los 36 paneles de la nave existen ilustraciones de escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, aunque la verdad es que están a una gran altura y son difíciles de ver.
También destacan la nave flanqueada de columnas, el suelo de mármol estilo Cosmatesco y el precioso techo que fue decorado con oro del Nuevo Mundo ofrecido por los Reyes Católicos.
Por su parte, el confessio contiene un cofre de oro y plata con reliquias, entre las que se cree que hay fragmentos de la cuna de Jesús. La gran estatua que también verás allí es un retrato de Pío IX.
Las capillas laterales se añadieron en los siglos XVI y XVII. La de la izquierda recibe el nombre de Capilla Paulina, y fue construida por el papa Pablo V, enterrado en la cripta de la familia Borghese que se halla debajo. La capilla de la derecha se llama, al igual que su gemela en San Pedro, Capilla Sixtina, y fue encargada por el papa Sixto V. Tiene decoraciones con mármoles de colores y también alberga la tumba de dicho Pontífice.
Si tu viaje a Roma se produce en Navidad, has de saber que existe una cripta subterránea, abierta sólo en esa época del año y en Epifanía, que contiene un pesebre medieval realizado por Arnolfo di Cambio.
Cerca de esta particular Capilla Sixtina, en el suelo, podrás ver una baldosa de mármol que señala el lugar de la tumba del escultor Gian Lorenzo Bernini. En esta Basílica también podrás visitar otra tumba: la del Cardenal Rodríguez, de estilo gótico y con magníficos mármoles.
Dos apuntes referentes al exterior de la Basílica. El primero, destacar que el campanario, que data del siglo XIV, está considerado el más alto de Roma. Y el segundo, que fijes tu atención en la columna localizada en la plaza. Se trata de una antigua columna de mármol a la que en 1615 se añadió una Virgen y un Niño en bronce. Originalmente procedía de la basílica de Constantino ubicada en el Foro.
Por último, te recomendamos que realices una visita nocturna a la plaza en la que se halla la Basílica, para así poder apreciar la iluminación sobre los mosaicos.
